Cómo ser bueno en los negocios
Ser bueno en los negocio es algo que no a todos se nos da, gracias a Dios creo que tengo el don de ser un buen negociante. Y es que desde pequeño me gustaron los negocios. Recuerdo que mi madre tenía una pequeña tiendita de venta para el consumo diario, desde los cinco años yo le ayuda a mi madre a ordenar el dinero en su gaveta, le acomodaba los billetes de a uno, los de a dos, cinco, diez, veinte y cien. Me encantaba hacerlo, y me molestaba cuando veía aquella gaveta con el dinero todo desarreglado, poco a poco me fue metiendo en la tiendita, le ayuda a mi madre a despachar a los clientes y ya cuando podía contar ya atendía como ayudante, poco a poco me fue gustando mucho aquel pequeño negocio, ya tenía ilusiones y sueños que me elevaban pensando en lo que haría el día de mañana y cuando digo mañana me refiero a cuando tuviera 15 años.
Mi madre me asignó un sueldo semanal, dinero que fui ahorrando, nunca gasté ni un cinco, ¿En qué podía gastarlo? Si en mi casa tenía todo cuanto necesitaba. Llegue acumular una pequeña fortuna, hasta que puse mi propio negocio cuando tenía 16 años. Mi negocio era el más próspero del barrio. A medida que pasaba el tiempo ya tuve otras aspiraciones y por cuestión de estudios y nuevas ilusiones tuve que vender mi pequeño negocio. Y que tiene que ver toda esta historia con ser bueno en los negocios?
Para ser bueno en los negocios debes sentirle sabor al negocio que piensas emprender, no sentirte obligado, ni sentir que alguien te estará empujando todo el tiempo. Cuando alguien es bueno en los negocios simplemente lo sabe, y si no te gusta negociar mejor no te atrevas a poner un negocio, porque será de esos muchos que no durará ni el año.
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